En una oportunidad un compañero de trabajo uruguayo me dijo:
"Voy al metro ¿Si quieres te llevo? "
Y yo le dije "Sí, claro voy a aprovechar la cola"
Mi querido uruguayo me vio con unos ojos que parecían dos huevo frito y me dijo: "Tú con mi cola no te metas".
Bueno cualquiera nos interpretaría mal, a nosotros los venezolanos, si soltamos de sopetón esa expresión y fuera de contexto. Pero las frases como "dame la colita", "¿Te doy la cola?", "aprovechemos la cola" no son nada nuevas en el hablar diario de los venezolanos.
"Voy al metro ¿Si quieres te llevo? "
Y yo le dije "Sí, claro voy a aprovechar la cola"
Mi querido uruguayo me vio con unos ojos que parecían dos huevo frito y me dijo: "Tú con mi cola no te metas".
Bueno cualquiera nos interpretaría mal, a nosotros los venezolanos, si soltamos de sopetón esa expresión y fuera de contexto. Pero las frases como "dame la colita", "¿Te doy la cola?", "aprovechemos la cola" no son nada nuevas en el hablar diario de los venezolanos.
En las batallas que se libraban en la época de la independencia se reseña el uso de esa expresión. Como no había suficientes caballos para cada uno de los soldados muchos se veían en la necesidad de cubrir grandes distancias a pie. Por eso, cuando les tocaba subir una pendiente, colina o afines les solicitaban al soldado que iba a caballo, mula o burro: Dame la colita. En otras palabras, dame permiso para agarrarme de la cola del animal para subir con menos esfuerzo la pendiente. Y de allí viene y se quedó con nosotros 'Dame una colita'.